Inventar una excusa para pasar un verano. Esmerarse en la consecución de tal excusa. Y al final, poco antes de terminar determinar que no merecí­a la pena. Al menos no merecí­a la pena hacerlo tan mal. Y comenzar a deshacer. Así­, a lo burro y sin piedad. Disfrutando no más. Curiosa sensación. arrancar lo que con tanto cuidado has puesto, tirando fuerte, muy fuerte, tan fuerte que al final llegamos hasta la cubierta original. madera de teka. Una joya.

¿Si tenemos una joya mejor cuidarla no? Este invierno y tranquilamente restauraremos la nave. Hoy comienzo a desmontarla í­ntegramente y pieza a pieza quitando, también cacho a cacho, todo un mes de agosto que no se si vino para eso, para ser perdido en gestiones que al final han de ser arrancadas, a pedacitos, pero qué remedio: ¡A lo burro!.