fueron unos tantos

se reunieron en una mansión en ruinas en la calle temí­stocles

y hablaron…. empezaron a difundir nuevos conocimientos, entraron en la universidad, cambiaron cositas que luego se amplificaron y crecieron y pasaron por nuevas generaciones de artistas que crecieron en su estela…. luego abrieron espacios como SOMA e influyeron en Kurimantzuto… todo esto me lo contaron Begoña Morales y Miguel Monroy cuya entrevista, una vez transcrita en condiciones, espero colgar en el departamento „investigación“ si ellos me lo permiten…

En 1993 surgirá una nueva generación en la escena de arte mejicano. Unos tantos extranjeros que se afinaron en el DF, como Francis Alys y Melaine Smith, comenzaron a reunirse en la Calle Licenciado Verdad. Tras ellos unos tantos estudiantes de arte mejicanos (nacidos a finales de los 60) tomaron una mansión en ruinas en la calle Temí­stocles número 44 y comenzaron a reunirse allá y así­ llamaron al grupo, Temí­stocles 44. Fue un lugar de exhibición, de discusión de artistas, de charlas, de “talks”, de talleres informales … Además publicaran una suerte de revista fotocopiada que se llamó Alegrí­a. Este grupo renovó el arte mejicano y lo sacó de su “mejicanidad”; negaron la pintura favoreciendo otros medios, se inspiraron en los mass  media de un mundo globalizado, y trabajaron con piezas efí­meras y de difí­cil colocación en un mercado.  Los Temí­stocles fueron Eduardo Abaroa, Pablo Vargas Lugo, Abraham Cruzvillegas, Daniela Rosell y Sofía Táboas. Un pieza mí­tica fue la de Abaroa la “Invasión Metafí­sica de los hombres desperdicio” (1995), donde unos hombrecillos hechos con jabón se posaban sobre las partes pudientes de las imágenes de un montón de revistas porno que ubrí­an el suelo como una alfombra.
GALLO, Ruben: New Tendencies in Mexican Art: The 1990s (New Directions in Latino American Cultures). Palgrave Macmillan; First Edition edition (August 21, 2004); VVAA: La Era de La Discrepancia: Arte y Cultura Visual En Mexico, 1968-1997, Universidad Nacional Autonoma de Mexico. México DF, 2006.
En torno a SOMA, el lugar de arte contemporáneo del DF consecuencia de Temí­stocles y la Panaderí­a.
Eduardo Abaroa.

Ahora para pensar el panorama español me alegra saber que unos estudiantes de Bellas Artes están reuniéndose en el CSA La tabacalera de Lavapiés, que se unirán con los catenarios de historia del arte, y luego están los RAMPA, y los de Medio Dí­a Chica y los del Intercambiador… y seguro que otros tantos más… eso es lo bueno de la crisis que hace que la gente, por fin, aúne  fuerzas y quizá en unos años podamos tener una revuelta en los métodos de enseñanza artí­stica, y surjan publicaciones potentes que hablen de lo que allí­ se habla, y vayamos trabajando juntos y discutiendo juntos… ya vale de „autismo complaciente“…