Me interesa más la metafá­sica y la epistemologí­a de Kant (…) pero, incluso examinando su teorí­a estética creo que es importante enfatizar que Kant está dando cuenta de las condiciones inherentes a la estructura de la mente que hace posible que un sujeto haga un juicio estético válido. Sus reclamos sobre la organización y la intencionalidad y de la sublimidad de la naturaleza enfáticamente “no” estipulan las condiciones externas que los objetos objetiva mente habrí­an de satisfacer para ser considerados arte. La misma idea en torno a la pontificación de aquellas cualidades que las cosas en sí­ mismas habrí­an de tener para ser clasificadas en este sentido o por las cuales serán completamente ajenas a este proyecto. Así­ que dados los reclamos que hace Kant en torno ala independencia de la estética de lo cognitivo y lo moral, no podremos inferir absolutamente nada sobre que tipos de objetos se podrí­an identificar como arte. Podremos tener experiencias estéticas en la cierto estilo Kant de cualquier, y todos, los tipos, y de cualquier, y todas, las cosas, incluyendo el arte político agitprop, sin violar las ideas de Kant.

De todas maneras, ¿qué es lo malo de la pureza y la universalidad? Los intentos de Kant de aislar para los propósitos de su análisis ciertas caracterí­sticas afectivas y cognitivas que todos los seres humanos tienen en común no es intrí­nsecamente ofensivo. La pureza no es lo mismo que el elitismo, y la universalidad no es lo mismo que la hegemoní­a.

Si, sin duda creo que las pretensiones “universalistas” de Kant son muy acertadas. Esto es lo que me enfada especialmente de los deconstructivistas. Ignoran mucho de lo que todos, como seres humanos, tenemos en común, las capacidades cognoscitivas que realmente compartimos. Los antropólogos han analizado muchas veces todo aquello que tenemos en común. Hay una conferencia muy interesante de Robin Horton que compara las teorí­as cientí­ficas occidentales y los sistemas religiosos de las culturas africanas tradicionales. Si, claro, hay diferencias, pero hay muchí­simas similitudes en cuanto a metodologí­a. De hecho hay muchas más similitudes que diferencias.

Claro que cualquier texto puede ser malinterpretado y empleado para justificar todo tipo de cosas, si nadie toma el tiempo necesario para una relectura. sí­, Kant ha ofrecido a la cultura modernista su justificación para su racismo y su imperialismo. Es la naturaleza de la racionalidad proveer de razones. La cuestión, sin embargo, será si las razones son buenas, o si la teorí­a es sonora. La falta de “sonido” de una teorí­a cientí­fica se determina si están confirmadas por los datos, si hacen predicciones que luego se confirman sobre lo que habrí­a de suceder bajo determinadas condiciones, y pueden dar una recuento de todos estos datos. Si tu tienes una teorí­a – que llamaremos teorí­a parroquial- que solo puede dar cuenta de los datos dentro de una muy circunscrita comunidad , digamos la comunidad del patriarcado de hombres blancos, tendrás una teorí­a muy poderosa. Muchos de los datos son omitidos o dejados sin explicación. Es como desarrollar una teorí­a del universo que solo diera cuenta de la revolución del sol en torno a la tierra y que no dijese absolutamente nada de los planetas y de las galaxias. Sin duda, si comienzas con una teorí­a parroquial, podrí­as tratar de justificarlo. Pero esa es pseudo-racionalidad, no la racionalidad propiamente dicha. La verdadera racionalidad incluye siempre el reconocimiento de su falibilidad.

¿Así­ que Kant ha sido mal interpretado y no ves racismo inherente en la postura de Kant?

Pienso que eso es absolutamente cierto. La teorí­a que tu encuentras en su “Crí­tica de la Razón Pura” y “Fundamentación de la metafá­sica de las costumbres” es bastante universalista. Eso no significa que el mismo Kant no fuera racista, sexista y anti-semí­tico. De hecho, hay algunos otros escritos menores en los que da cuenta de sus opiniones embarazosas. Si estudias su obra principal, sin embargo, sus puntos de vista aplican cierta imparcialidad a toda al amplia gama de agentes humanos, sin prestar atención o referirse a la raza, a la comunidad, o al genero.

Adrian Piper, 1998

Me interesa más la metafá­sica y la epistemologí­a de Kant (…) pero, incluso examinando su teorí­a estética creo que es importante enfatizar que Kant está dando cuenta de las condiciones inherentes a la estructura de la mente que hace posible que un sujeto haga un juicio estético válido. Sus reclamos sobre la organización y la intencionalidad y de la sublimidad de la naturaleza enfáticamente “no” estipulan las condiciones externas que los objetos objetiva mente habrí­an de satisfacer para ser considerados arte. La misma idea en torno a la pontificación de aquellas cualidades que las cosas en sí­ mismas habrí­an de tener para ser clasificadas en este sentido o por las cuales serán completamente ajenas a este proyecto. Así­ que dados los reclamos que hace Kant en torno ala independencia de la estética de lo cognitivo y lo moral, no podremos inferir absolutamente nada sobre que tipos de objetos se podrí­an identificar como arte. Podremos tener experiencias estéticas en la cierto estilo Kant de cualquier, y todos, los tipos, y de cualquier, y todas, las cosas, incluyendo el arte político agitprop, sin violar las ideas de Kant.

De todas maneras, ¿qué es lo malo de la pureza y la universalidad? Los intentos de Kant de aislar para los propósitos de su análisis ciertas caracterí­sticas afectivas y cognitivas que todos los seres humanos tienen en común no es intrí­nsecamente ofensivo. La pureza no es lo mismo que el elitismo, y la universalidad no es lo mismo que la hegemoní­a.

Si, sin duda creo que las pretensiones “universalistas” de Kant son muy acertadas. Esto es lo que me enfada especialmente de los deconstructivistas. Ignoran mucho de lo que todos, como seres humanos, tenemos en común, las capacidades cognoscitivas que realmente compartimos. Los antropólogos han analizado muchas veces todo aquello que tenemos en común. Hay una conferencia muy interesante de Robin Horton que compara las teorí­as cientí­ficas occidentales y los sistemas religiosos de las culturas africanas tradicionales. Si, claro, hay diferencias, pero hay muchí­simas similitudes en cuanto a metodologí­a. De hecho hay muchas más similitudes que diferencias.

Claro que cualquier texto puede ser malinterpretado y empleado para justificar todo tipo de cosas, si nadie toma el tiempo necesario para una relectura. sí­, Kant ha ofrecido a la cultura modernista su justificación para su racismo y su imperialismo. Es la naturaleza de la racionalidad proveer de razones. La cuestión, sin embargo, será si las razones son buenas, o si la teorí­a es sonora. La falta de “sonido” de una teorí­a cientí­fica se determina si están confirmadas por los datos, si hacen predicciones que luego se confirman sobre lo que habrí­a de suceder bajo determinadas condiciones, y pueden dar una recuento de todos estos datos. Si tu tienes una teorí­a – que llamaremos teorí­a parroquial- que solo puede dar cuenta de los datos dentro de una muy circunscrita comunidad , digamos la comunidad del patriarcado de hombres blancos, tendrás una teorí­a muy poderosa. Muchos de los datos son omitidos o dejados sin explicación. Es como desarrollar una teorí­a del universo que solo diera cuenta de la revolución del sol en torno a la tierra y que no dijese absolutamente nada de los planetas y de las galaxias. Sin duda, si comienzas con una teorí­a parroquial, podrí­as tratar de justificarlo. Pero esa es pseudo-racionalidad, no la racionalidad propiamente dicha. La verdadera racionalidad incluye siempre el reconocimiento de su falibilidad.

¿Así­ que Kant ha sido mal interpretado y no ves racismo inherente en la postura de Kant?

Pienso que eso es absolutamente cierto. La teorí­a que tu encuentras en su “Crí­tica de la Razón Pura” y “Fundamentación de la metafá­sica de las costumbres” es bastante universalista. ESo no significa que el mismo Kant no fuera racista, sexista y anti-semí­tico. De hecho, hay algunos otros escritos menores en los que da cuenta de sus opiniones embarazosas. Si estudias su obra principal, sin embargo, sus puntos de vista aplican cierta imparcialidad a toda al amplia gama de agentes humanos, sin prestar atención o referirse a la raza, a la comunidad, o al genero.

Adrian Piper, 1998