Gormley, Antony, „one&other“, proyecto de Trafalgar Square Plinth o la frivolización absoluta de los 5 minutos de popularidad, „yo he tenido una idea ahora tú vas a hacerla realidad“. El pobre aliento de artista se inflama hasta el absurdo más total con el único fin, o el único posible fin, de estallar de modo igualmente espectacular. Manzoni se lo tomaba en serio, ironizaba pero iba en serio, lo malo es que también estallo, en su estudio, en 1963. La fetichización del artista creador que con su aliento es capaz de transformar en arte todo lo que toca ha perdido tanto su solemnidad como su credibilidad. Ahora ya sólo quedan tipos que inflaman su ser artista a base de pedir ayuda a todo hijo de vecino, una ayuda para subir a un „plinth“ que también, y al mismo hilo de los tiempos, ha perdido todo su sentido. Se ha quedado, en fin, sin fuste. Artista y Pedestal, solemnidad y fuste andan deshidratándose como el globo de Manzoni, aunque muchos aun no se han dado cuenta.

(La serie de fotos es una cortesí­a de Javier Castro quien ayer inauguró la serie de colaboraciones que pasarán por mi clase de arte público. Le agradezco una intervención de un millón de ideas y otro millón de sugerentes puertas abiertas – en junio en el Lab-)