vapuleada, manipulada y más allá
Imagino que no puedo decir de que va esto. Imagino que es mejor callar y consentir, mirar para otro lado y seguir trabajando aunque sea a trompicones.
Imagino que seguiré componiendo canciones para los dupes, canciones gritonas. Seguiré soñando con que soy un poquito feliz mientras todo se derrumba a mi alrededor. Tomaré el té a las cinco y haré como que no pasa nada. Seguiré esperando que este país cambie un poquito. Seguiré saludando y dando los buenos días. Pero en el fondo querré otra cosa, otra cosa muy distinta.
Querría ir a ciertos ministerios y arramplar con los despachos, desbaratarlo todo y poner una canción estridente una y otra vez hasta que los oídos de los allí presentes estallen. Luego, y quizá, incluso, querré quemarlo todo. Y luego ni tan siquiera querré correr, para qué. Me quedaré allí tomando el té de las cinco como si nada sucediese, como siempre hago, como todos los días. Solo que ese te, me da a mi, me va a saber a gloria.