¡Oh vida picaril, trato picaño!.
Confieso mi pecado: diera un dedo
por ser de los sentados en tu escaño.”
La vida del pí­caro (1601)

El sábado me fui, porque un amigo me lo contó y porque quien lo hací­a era de la familia, a un recorrido por Madrid: Fortunas y adversidades de los pí­caros en la Villa y Corte de Madrid. La verdad que no tenía idea de que iba la cosa y tampoco si me iba a gustar, obvio es, ni tampoco que son “exactamente” lo pí­caros.

Dos actores, buení­simos, te dan la mano, a ti y un heterodoxo y peculiar grupo de gentes, y te llevan por los madriles mezclando anécdotas históricas, con citas de textos clásicos, con noticias e ironí­as de actualidad… la verdad, un placer para los oí­dos y un modo de pasar la tarde así­ como antiguo. El gusto de escuchar a como se puede recitar a Quevedo, y a Lope, y a Galdós y a Calderon… y seguir caminando imaginando un Madrid que en varias ocasiones ya no es.

Desde el actual IES de San Isidro, antiguo colegio imperial hasta Plaza de la Villa y el diablo cojuelo.Bueno en el programa pone: Colegio Imperial (Instituto San Isidro), calle san Bruno, Cava Baja, Puerta Cerrada, pasadizo del panecillo, calle san Miguel, Plaza de la Villa, plaza de Santiago y plaza de Ramales. (Aunque las últimas por desgracia me las perdí­, y eso que dicen que un párroco que por allá andaba se unió al extraño grupo y se pudo, con un curil tono, a rematar los datos)

Las rutas las organiza una asociación que se llama Carpetania y tiene muchas más.

Por ahora veré si por la red soy capaz de encontrar la novatada de Quevedo, o el arranque de Misericordia, o alguna cosita de Lope o la Vida es Sueño, porque creo que merece la pena recuperar esas palabras… aunque antes unos apuntillo que he encontrado en torno a la obra cuya cita inaugura el paseo, “La vida del Pí­caro,  Guzman de Alfarache de 1601 de Mateo Alemán:

– “La vida del Pí­caro” (1601), Testimonio Contextual de la Picaresca
ES una “Cofradía Picaril”, pues son 4 los pí­caros que aquí­ aparecen. El pí­caro, una vez recibida la “borla Picaril”, no deja de ser pí­caro, no hay arrepentimiento ni sumisión. Las exterioridades superfluas que regulan las relaciones sociales ejercen la función de desmitificar una realidad más profunda: la falta de identidad
del español, sintetizada en la ortodoxia e hidalguí­a. El pí­caro cree en el valor del ingenio, pero no en la sociedad que les rodea, todos mienten, todos roban.

Ni el afán moralizante, ni las fuentes literarias, ni la crí­tica social pueden explicar el porqué de nuestros picaros, sino la estructura interna del texto y sú pragmática en el contexto situacional. El pí­caro no es un evasor de la moral en un mundo donde todos roban y mienten. Tiene que descubrir por su propia cuenta su moral y sus valores. Así­ crece, aprende y se forma. Un resultado de esto es el desenfoque con que se ha visto el Buscón, cuando bien claro dice, después de ser escarnecido y burlado, que se hará «bellaco con los bellacos». «Avisón, Pablos alerta». Es producto de lo que ha visto: políticos, poetas, soldados, clero y comerciantes, y tiene dificultades para profesar «honra y virtud».

Y en torno al “Gallardo Estilo”, al escribir picaresca, descrito por Quevedo:(ojo a esto que es Dada antes, mucho mucho antes que el Dada)

Sirvame de Sirenas tres Tortugas
Y en lugar del Apolo de honroso ramo,
Laureenme con hojas de lechuga

– Picaresca y Virtud:
En José Ignacio Barrio Olano: La novela picaresca y el método maquiavélico. Editorial Pliegos, 1998.
Que la novela picaresca puede ser analizada con el método Virtud/Fortuna maquiavélico. Hay novelas picarescas VIRTUOSAS, y otras más fatalistas. Ahora bien hay virtud maquiavéica y virtud picaresca, y son los autores Jose Antonio Maravall, Alberto del Monte y otros quienes aplican lo literario al maquiavelo político y lo político a la novela picaresca.

– Jose Antonio Maravall: La literatura picaresca desde la historia social (Taurus, 1986)

Bueno, y tras dar estas pinceladas sesudas que quizá me abran hilos argumentales en mis desviaros de virtud y aristocracia, Maquiavelo y Baltasar Gracias y el honnete homme y el dandy, y sin tener nada que ver con nada remato con el fragmento e la vida es sueño más eternamente repetido y no por ello menos bello:

Sueña el rey que es rey, y vive
con este engaño mandando,
disponiendo y gobernando;
y este aplauso, que recibe
prestado, en el viento escribe, 5
y en cenizas le convierte
la muerte, ¡desdicha fuerte!
¿Que hay quien intente reinar,
viendo que ha de despertar
en el sueño de la muerte? 10

Sueña el rico en su riqueza,
que más cuidados le ofrece;
sueña el pobre que padece
su miseria y su pobreza;
sueña el que a medrar empieza, 15
sueña el que afana y pretende,
sueña el que agravia y ofende,
y en el mundo, en conclusión,
todos sueñan lo que son,
aunque ninguno lo entiende. 20

Yo sueño que estoy aquí­
destas prisiones cargado,
y soñé que en otro estado
más lisonjero me vi.
¿Qué es la vida? Un frenesí­. 25
¿Qué es la vida? Una ilusión,
una sombra, una ficción,
y el mayor bien es pequeño:
que toda la vida es sueño,
y los sueños, sueños son. 30