“Una vez vi a María Callas, y siempre tuve el sueño de conocerle. En Alemania, existe una costumbre en la noche de año nuevo que consiste en derretir algún metal sobre una vela, y cuando se vuelve lí­quido lo colocas en agua frí­a. Algo muy extraño sucede. La idea es que lo analices y juzgues por ti mismo lo que pueda significar para ti. Esta forma parecía como si dos personas estuvieran cara a cara, y por supuesto era María y yo. Bueno, tres meses más tarde fue anunciado que ella iba a venir a dar un concierto en la pequeña ciudad en donde viví­a. Fue perfecto, de hecho estuve presente. Y de hecho, salté al escenario, y la encaré lo más cerca posible que pude. Logré obtener un fugaz vistazo de sus ojos, y fue como un incendio dentro de mí­. Casi me desmayo. Al día siguiente, fui a buscar una profesora de canto y comencé a cantar profesionalmente, y cada vez que tengo éxito en cualquier cosa, en honor a ella interpreto una de sus canciones”
Klaus Nomi


“Una vez vi a María Callas, y siempre tuve el sueño de conocerle. En Alemania, existe una costumbre en la noche de año nuevo que consiste en derretir algún metal sobre una vela, y cuando se vuelve lí­quido lo colocas en agua frí­a. Algo muy extraño sucede. La idea es que lo analices y juzgues por ti mismo lo que pueda significar para ti. Esta forma parecía como si dos personas estuvieran cara a cara, y por supuesto era María y yo. Bueno, tres meses más tarde fue anunciado que ella iba a venir a dar un concierto en la pequeña ciudad en donde viví­a. Fue perfecto, de hecho estuve presente. Y de hecho, salté al escenario, y la encaré lo más cerca posible que pude. Logré obtener un fugaz vistazo de sus ojos, y fue como un incendio dentro de mí­. Casi me desmayo. Al día siguiente, fui a buscar una profesora de canto y comencé a cantar profesionalmente, y cada vez que tengo éxito en cualquier cosa, en honor a ella interpreto una de sus canciones”
Klaus Nomi