“Siempre ha habido dos impulsos – el estético y el político- y ambos llegan juntos cuando hago mi trabajo: mi necesidad de crear formas es uno de los impulsos, también la rabia ante la injusticia, ambos resultan en un deseo por comunicarme a través de la diferencia, para lograr cierta conectividad a través de la empatía. Lo que me encanta son los momentos estéticos: de otro modo, no haría este tipo de trabajo. Haría directamente polí­tica”
Suzanne Lacy
In Moira Roth; “Suzanne Lacy: Between Aesthetics and Politics” (Flitridge Foundation Awards, 1999-2000. Pasadena: Flitridge Foundation, 2000. p 26)

Una de las piezas que yo llamaría “conversation piece”, o pieza dialogada, y que auna estos dos impulsos, tuvo lugar en San Francisco en 1982. Lo estético, o el impulso estético concebido como la organización de un acto de comunicación, y la forma estética como una categorí­a que no tiene por que ser percibida por la vista, y solo por la vista. Lacy insiste e insiste en muchos de sus textso en el arte de escuchar. En Agosto de ese 1982 realizaría Freeze Frame. En este performance-acción (y salon que digo yo) Suzanne “juntó” diecisiete diferentes grupos de mujeres – prostitutas, monjas, jugadoras de bridge, Filipinas, artistas de la Mission de San Francisco, mujeres con discapacidades, empresarias, ancianas judías – todas se encontraran en un elegante showroom bien amueblado de San Francisco con el objetivo de hablar de sus vidas y de un tópico, “la superviviencai al día”. Moira escribirá “¿Una Familia de Mujeres?”, una evolución poetica de la evolución de la pieza.

Lacy, por otra parte, escribirá “Beneath the Seams”, un sobrio texto de autoexamen. En este, dará a Freeze Frame su lugar en el contexto de sus eventos publicos masivos de esos años, en los que mujeres de diversa procedencia se “juntan” – las más notables a este respecto serían River Meetings, Lives of Women in the Delta, un performace-acción de 1980 de Nueva Orleans creado por Lacy, Jeanne Nathan y Laverne Dunn, junto con muchas otras mujeres, que se referirán al fallo de Louisiana de ratificar el “Equal Rights Amandment”. River Meetings ha ido evolucionando a partir de un proceso de creación de comunidad, tan caracterí­stico del trabajo de Suzanne Lacy (en este caso se trató de una cadena de cenas privadas en las casas de esas mismas mujeres), y terminó en un magní­fico “potluck performance event” (cada uno trae una cosa, es una costumbre judia, como una puchero feliz, o algo así­). Este performace de puchero feliz unió a 500 mujeres en un edificio histórico del Barrio Francés, the Old Mint Building. Tal y como Lacy lo describirí­a en su momento: “Teníamos jovenes y ancianas, ricas y pobres, negras y blancas, todas sentadas juntas y sintiéndse enormemente orgullosas y felices de su historia colectiva y de sus logros conseguidos”

En un principio yo llamaría a estas piezas, como ya he dicho, dialogadas, o “conversation pieces” a lo Watteau. Pero me asalta una duda, que quizá gire en torno a esta división entre las feministas de primera hornada y las feministas de la diferencia. La cuestión es que en un principio yo interpretatrí­a estas reuniones como “comunidades temporales anti-beligerantes”, esto es, cuando de modo tácito se generan unos códigos comportamentales que impiden que, una vez juntadas partes enfrentadas, no se maten las unas a las otras, y se apacigüen para lograr cierto consenso ante ciertos temas. Bueno esta reciprocidad, o consenso en la sociabilidad, como pieza clave de estas obras-acciones-performances (lo que sean) parece ser innecesaria en Freeze Frame. Como si nos imagenasemos a las prostitutas y a las monjitas charlando de sus cosas, como de toda la vida, sin necesidad de organización temporal del comportamiento. Quizá sea que el tópico a tratar es estrictamente personal y quizá “genérico”, o es una suerte de puesta en común de lo personal es político. Quizá sea ser muy happy flower, pero me da la sensación que aquí­ se las uní­a a todas por ser, simple y llanamente, mujeres. Categorí­a esta que parece sobrepasar a todas la demás. No se, me da que pensar, eso es todo. Quizá este terrible término, que a mi me sirve, “comunidad temporal anti-beligerante”, no sea acá necesario, pero si no lo es, la verdad, le quita todo el “fuste” al asunto. Digo yo. (no se si me explico)



[i] Lacy first published the text in the “Speak Easy” guest commentary column of New Art Examiner, October 1982; it is reprinted in this volume (chapter 15) under its original title, “Beneath the Seams.”. [ii] Lacy’s description of the “Battle of New Orleans,” first published in High Performance 3, no. 2 (Summer 1980) and reprinted in this volume (chapter 14), contains intriguing questions: “When feminist artists plan a political conference with a performance theme, where does the art making end and the life making begin? Can a conference be a performance?” The Women’s Caucus for Art invited her, in 1979, to design a performance for their annual conference, scheduled the following year for New Orleans, a city in a state that had not ratified the Equal Rights Amendment. iii] Lacy, interview by Moira Roth, “Visions and Revisions,” Artforum 19, no. 3 (November 1980): 45.