Con esta pequeña entrada solo quiero hacer constar un discurso “paradojal”, como he aprendido dicen los argentinos.

Por una parte, y para leer con calma: LA DECADENCIA DE MADRID

Un Madrid que se extingue entre unas deudas infinitas, unos lideres menos aun que no-carismáticos, unas cifras que van en constante descenso. Caen los visitantes la museo del Prado, bajan los vuelos que aterrizan en barajas, los turistas que llegan, los bocadillos de calamares que se sirven. Caen, o desaparecen los lugares emblemáticos, los festivales de toda la vida, los madrileños caen a dormir allá donde pueden y las ratas caen de cualquier parte. Caen, como no, los presupuestos para limpiar la ciudad, para pavimentar y para arreglar desperfectos, caen los presupuestos para pagar a los jardineros,.

Y lo peor del asunto, MADRID NO TIENE UN RELATO, Madrid ni tan siquiera existe. Y ya lo probaron los PKMN, en su INVARIABLES CASTIZOS, pidió a unos estudiantes americanos que diseñasen un sombrero con lo más caracterí­stico de Madrid. No se aclararon mucho los muchachos.

Invariables Castizos, by PKMN
Invariables Castizos, by PKMN

Entre la puerta del sol y los cien montaditos no hay m’s que un salto de idea sin mayores consecuencias para el turista medio, que como dice Carmelo (PKMN): “Se ha ido hacia un turismo del relaxing café con leche y eso contribuye a homogeneizar la ciudad”. Y tanto la andan homogeneizando que ya los bares que llevan muchos amigos por Lavapies sobreviven a duras penas. “Así­ andamos todos”, me decía esta misma mañana la vecina de enfrente de El Quijote.

A parte de esto datos escalofriantes de inversiones millonarias desaprovechadas y proyectos megalómanos sin construcción aparente:

En fin, ¿a qué juega Madrid? ¿Adónde va exactamente? La capital es una ciudad sin proyecto, sin imagen, sin relato, según muchos crí­ticos. “Madrid tiene el estigma de haber sido la capital de la dictadura y eso sigue pesando”, opina Olivia Muñoz-Rojas, socióloga experta en ciudades por la London School of Economics. Esta madrileña reside en Parí­s y cree que la capital deberí­a vender su falta de pretensiones: “Madrid es capaz de organizar la Jornada Mundial de la Juventud con una visita del Papa y un desfile del Orgullo Gay días después. Creo que esa es su fortaleza. Madrid es cool en sí­ misma. He vivido en Londres y Parí­s y estas ciudades tiene códigos: sitios de moda, ropa que ponerse… Madrid no tiene, la gente hace lo que quiere y eso es lo que deberí­a vender”, explica.

“Madrid está muy triste”, dice la responsable de la sala El Sol.

Y bueno, la cosa continúa, el artículo está lleno de datos, y llega a Transforming Madrid, que va de esto:

La nueva criatura se llama Transformingmadrid y es una plataforma que aglutina al menos a 11 colectivos de arquitectos de Madrid. Los padres son la comisaria cultural Ariadna Cantí­s y el arquitecto y sociólogo madrileño José María Ezquiaga. Y los padrinos, otras dos plataformas ultramodernas de nombre y apellido: el think tank del Colegio de Arquitectos una herramienta de reciente creación que sirve para ensamblar las ideas con los patrocinadores, y el Zinc Shower un punto de encuentro entre emprendedores, inversores y profesionales de las Industrias Culturales y Creativas (ICC), con el objetivo de presentar, apoyar y promocionar cien proyectos transformadores ante un grupo de potenciales inversores, que se celebrará en Madrid del 11 al 13 de abril de 2013.

Y habla de cronistas de la corte, transformados ahora en el Instituto de Estudios de Madrid.

Y del Vivero de Iniciativas Ciudanas.

Para rematar en REMAKING MADRID, un libro de un académico americanos que re-lee la ciudad.

Remaking Madrid, Hamilton M. Stapell
Remaking Madrid, Hamilton M. Stapell

En fin que el panorama está fatal pero parece que hay signos de vida tras la vida, o lo que es lo mismo, que los madrileños se andan espabilando y que más le valdrí­a a la administración darnos un poco más de bola.

Para esta cuestión paradojal recomiendo continuar con este artículo, Brotes de un nuevo Madrid

Al que sacaremos punta en próximas entradas.

(Por el momento pensar el asunto del RELATO, me interesa grandemente… ¿será que Madrid no existe?)