En el fondo de la web está esta imagen, firmada por Richard Mutt en 1917, como todo el mundo sabe. Luego, superpuesto está el texto, puedes bajar primero una imagen, la de Mutt y luego el texto, el de la institución por antonomasia, la Tate Modern de Londres. Y el texto que se superpone dice, “El momento en que el arte cambio para siempre”, luego están Man Ray, y Picabia, encabezados por Duchamp, como es natural. El trabajador, Ray, el tarambana forradí­simo y cubano-seductor, Picabia y el cool, el indiferente, comedido y siempre correcto, tremendamente atractiva mariposa social (como dijo Camitzer), Duchamp.

Ando leyendo un libro muy interesante, se llama “The invention of Tradition”, y es que muy pocas o casi ninguna de las tradiciones que tenemos son tales, casi siempre son inventos, más o menos creativos y siempre necesarios. Todas asientan una serie de prácticas de naturaleza simbólica, que buscan inculcar ciertos valores y normas de comportamiento por una repetición que implica, automáticamente, cierta continuidad con el pasado. El mundo del arte no va a ser menos y hemos inventado la tradición de la vanguardia, la heroica vanguardia histórica que con sus lideres cambió el rumbo, y la misma definición de arte, para siempre. Las canciones de navidad también son una milonga y las seguimos cantando, la heroicidad de la vanguardia ya no se la cree nadie pero sigue atrayendo a infinidad de visitantes. Al final si juntamos imagen y texto queda lo que pongo abajo, esto es, el modelo de invento que Hobsbawm califica como b)aquellas tradiciones establecidas para legitimar ciertas instituciones, ciertos estatus y ciertas relaciones con la autoridad.

Y como todos sabemos nada de esto es de verdad verdad aunque, y quizá, si me llego a enterar a tiempo de la exposición, y sólo quizá, habrí­a ido…. aunque ahora que lo pienso, no lo creo.