¿Un libro de entrevistas?

En principio renuncié a mi papel de entrevistadora. Quizás guié la conversación, quizás resulté muy reiterativa en determinados puntos, pero como metodología mi lema fue la mínima intervención, practicar el talento de la escucha.

Claro que la edición y selección en parte ha sido decisión de los mismos narradores de sus mismas vidas. Podríamos decir que cada conversación es un juego a seis manos y a una voz: la voz y las dos manos del que se cuenta, las manos mías en una selección, las del editor en la revisión del texto, y en ocasiones otras dos manos más, las de Rafael Esteban, quien me ha ayudado con unas tantas conversaciones. Cada voz, como en la novela, tiene su propio peso específico, su propia narratividad, y su propia perspectiva. Y solo al escu charlas todas se hace uno una idea de un conjunto polifónico que aun así solo podrá atisbar y nunca comprender enteramente.

El principio dialógico de este libro se contrapondría a cualquier principio monológico. Creo que la crítica de arte e incluso la teoría ha pecado de cierta soberbia, una soberbia muy monológica: lo que ve el autor es lo que hay que ver, lo que opina es lo correcto y cómo nos sirven la historia es la que hay que recordar. El monologismo genera una perspectiva íntegra que integra toda la significación, los valores, los deseos, y que cierra muchos de los sentidos, además de cercenar los sin sentidos. Cualquier cosa que se salga de esta perspectiva unifocal se concibe como superflua, como tonta, como poca digna de ocupar un lugar. Casi todo lo que queda fuera se hace irrelevante y se borra.

Tal y como lo argumenta Bajtin, el hablar de todos los dias con el lenguaje de uso cotidiano es un trabajo dialógico porque se resiste a una expresión sin ambigüedades, por que jamás producirá un todo unívoco certero. Como hay muchos puntos de vista de un número Inconmensurable de voces el mundo es irreducible e inenarrable. Aqui solo nos acercamos brevemente a esa inenarrabilidad.

Y lo que me contaron…

La característica más destacable de esta entrada del siglo XXI en esta nuestra ciudad, Madrid, es que arrancaron los grandes contenedores de cultura. Desde unos ochenta de movida y movimiento, pasando por unos noventa de insumisión, ocupación, alternatividad y grunge a unos dos mil más tecno, más sosegados en los que comienzan a sentarse a dialogar artistas, gestores culturales independientes, performers, activistas, artivistas, intelectuales expertos en la ilustración, tecnólogos, hackers y punks reciclados. Los dos miles vieron cómo España se poblaba de grandes contene dores culturales, un país que habia hecho caso omiso de los avances que el arte contemporáneo había desarrollado en el largo siglo xx de pronto, y sin previo aviso, parece inte resarse sobremanera. Eso resulto muy interesante porque fenómenos que llevaban décadas sucediendo en las calles habrían de amoldarse a nuevos formatos institucionales. De repente este Madrid de autogestión y trinchera se quiso dócil. Obviamente no fue tan simple la historia y la comple jidad enriqueció más la escena.

Cuando arrancó el nuevo siglo el Centro Cultural Conde Duque ya andaba convirtiéndose en nuevo centro para la cultura contemporánea. Se transformará en el semillero que verá surgir el Medialab Madrid, que luego se haría Prado, y las primeras conversaciones para la génesis de Intermedia

Matadero y del propio Matadero como proyecto de con junto. Todos ellos compondrán la flota del Ayuntamiento de Madrid, los lugares donde orbitar para seguir la escena o parte de la misma. Los espacios ministeriales, el Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía (MNCARS), seguirá trabajando en una línea más de museo que de centro, asunto este que le llevará más de una crítica. Los demás se irán esforzando en transformarse en baluartes de la ciudad marca que Madrid también quiere ser. Esa ciudad que con serva una de las mejores pinacotecas del mundo que com pleta uno de los vértices del triángulo dorado: el Museo del Prado, el Museo Thyssen Bornemisza y el ya citado MNCARS. Madrid comienza el nuevo siglo con un pie de su estrategia de marketing globalizado: quiere ser olimpica y salir en la foto, y a un tiempo apuesta por el trabajo de las bases y genera centros que son meros receptáculos de, o para, lo posible. Y lo posible, durante la década y media que llevamos andada, ha sido tan solo a veces.

Resulta de hecho entemecedor comprobar que estas dos derivas de generar ciudad completamente contrapuestas han tenido que encontrarse, al correr de los años, cuando Madrid fue realmente global tras el 15M. La gente, el común del ciudadano, las personas corrientes tomaron por fin las calles y reclamaron su derecho a generar su propia ciudad, la que ellos querían. Esta explosión se fue cociendo a fuego lento, y pese a ser verdad, como dice Carlos Vidania, el 15M llegó por encima de los artistas, por encima de los activistas y por encima de las viejas glorias de la lucha, aunque es verdad que sin ellos, sin todos ellos, no hubiéramos llegado hasta aquí. Pero entonces Madrid apareció en la pantalla, y muchos miran ahora nuestra ciudad como una de las probe tas mundiales de ciudadanía, agenciamiento, autogestión, procomún, comunidad. Como un lugar donde aprender a organizarse para asumir la génesis de ciudades desde las bases.

Este es un libro atravesado por el 15M, aunque de un modo sutil. Hay un punto de inflexión pero ligero. Lo que sí figura claramente entre líneas es el contexto, el modo en el que todos los que componen este libro se relacionan con sus propias vidas, el modo en el que defienden un ideario que ya estaba allí es el mismo, antes y después. Lo que ha variado es la recepción, la escucha, la atención prestada a esos modos de hacer. La defensa de una universidad hecha por los estu diantes de Lila Insúa y Selina Blasco ya estaba allí; las inter venciones artísticas articuladas social y políticamente con alguna causa en marcha de la fiambrera obrera, de Jordi Claramonte y de Tina Paterson, ya estaban allí; las performan ces en lugares alternativos, la autogestión cultural de Nieves Correa, ya estaba allí; el activismo irreductible de Carlos Vidania, también estaba allí; al igual que los experimentos con la vida y el arte o el arte hecho cita de Lurdes Fernández; o el feminismo hacia unos cambios de gobernanza de María María AchaKutscher; o aquellos que posibilitan que suce dan cosas, los que están detrás moviendo hilos, ya estaban allí, Iván López Munuera, Francisca Blanco estaba, y Rafael SánchezMateos Paniagua, estaba antes, estuvo durante y sigue allí, desde la lucha, desde el arte austero para una vida que nos ha tocado también austera.

Me han hablado de muchas cosas: de la educación sentimental, de la contracultura, de Vainica Doble, del mundo que sale de la casa de uno, de las experiencias que le hacen a uno feliz. También del devenir de la propia biografía de las supuestas casualidades la casualidad de estar donde suceden las cosas, cuál es la cultura burguesa, y cuál la underground, cuándo podía uno salir del armario, paisajes diversos y contradictorios.

De todos me quedo con el arranque de Juan Carrete, con esa ilustración que nunca llego a España, con una queren cia, ser librepensador, ese que piensa libremente, por sí mismo, que es soberano. Me quedo con una búsqueda, la de otras palabras ante el desgaste del lenguaje. Con esa necesidad, de inventar nuevos términos, de jugar, de perdernos un poquito. Lo dijo Juan Carrete, me lo dijo Jesús, lo reiteró Rafael SánchezMateos Paniagua: hemos de perdernos un poquito.

Listado de participantes:

  • Juan Carrete: La ilustración por llegar.
  • Carlos Vidania: Cambiar los modos de vida.
  • Lurdes Fernández: De la tahona a Off Limits.
  • Nieves Correa: Salirse un poco del tiesto.
  • Jordi Claramonte: Vivir la «República de los fines».
  • David Rodríguez «Tina Paterson»: Producir desde el arte.
  • Selina Blasco: Aprendiendo a la vez.
  • Lila Insúa Lintridis: Una escena en círculos concéntricos.
  • Francisca Blanco Olmedo: Espacios de posibilidad institucional.
  • Iván López Munuera: El Ranchito en Matadero.
  • Rafael Sánchez Mateos Paniagua: Un arte austero, una vida exuberante.
Agentes críticos: Prácticas colectivas y arte público.

Gloria G. Durán.
País y año: España, 2017
ISBN: 978-84-944522-6-0
264 páginas
Edita: Díaz&Pons editores
Obra publicada en el marco del proyecto: “Madrid Cosmópolis: Prácticas emergentes y procesos metropolitanos”.