En la página web , o archivo digital, de Carlos Motta, La Buena Vida, en la entrada de textos hay un artículo muy interesante de una tal Eva Dí­az, una conversación con Carlos Motta en la que la entrevista versa sobre la entrevista.

Me interesa mucho porque trata el asunto del artista como antropólogo y me interesa también porque la respuesta del artista, que no antropólogo es usar las entrevistas, su trabajo de campo, no para hacer un análisis sino para hacer un archivo. En fin respetar las voces de todos, y ponerlas así­ en crudo:

Sin embargo, pronto me quedó claro que no haría una pelí­cula sino que solamente utilizaría el formato de entrevista para resaltar y rebatir su potencial para la adquisición de conocimiento e información.  Mientras que la entrevista es, comúnmente, sólo una de las facetas del film documental (junto con la narración por medio de una voz en off, etc.), para mí­ la entrevista fue el medio y el fin. Por lo tanto, busqué una forma de organizar estos cientos de entrevistas de un modo “democrático”, lo que derivó en la creación de un archivo en Internet.

En cuanto a la metodologí­a empleada para las entrevistas (en busca de una opinión pública) dice Motta:

Elegí­ un enfoque diferente para La Buena Vida. No me interesaba revelar los mecanismos responsables de la construcción de la noción de “opinión pública”, sino más bien invitar a los entrevistados a reflexionar cuidadosamente y tomarse tiempo para comentar sobre las preguntas que les planteaba. Para lograr este propósito, nunca me acerqué a transeúntes que pasaran caminando sino solamente a individuos o grupos sentados en parques, esperando en la esquina de alguna calle o pasando el tiempo en algún otro espacio público. Los invitaba a contestar las preguntas luego de explicarles quién era yo, qué querí­a, dónde se presentaría el material y quién me financiaba. La idea era darles la mayor cantidad de información sobre mi intención para que nosotros pudiésemos sentirnos más inclinados a  mantener un diálogo. En otras palabras, y para contestar tu pregunta en forma más directa, sí­ y no. La mayor parte del tiempo, “mis” sujetos captaban “la forma de agencia de medios” que planteaba principalmente porque yo se los informaba. Algunas personas eligieron comprometerse realmente con las preguntas y entonces me veí­an más como un investigador que como un periodista. ¡Pero otros se decepcionaban al descubrir que yo era artista y no un periodista que les garantizaría un lugar en la televisión!

Recorren los referentes, tanto del cine activista latinoamericano del los 50 y 60, como el cinema verité, y las ciencias sociales, y, claro, el linaje que arrancaría Hans Hacke con sus entrevistas de los años 70. Sin embargo lo que ha arrancado este hunch es el hincapié en la corporativización de los medios, esto es, lo manipulables que son, lo poco veraces, lo distorsionados… Me tre a la cabeza el programa que ayer vi de la tuerKa en torno a la pelí­cula de “Una mosca en la botella de coca-cola”

Bueno y finalizo con la frase que más me gusta de Motta, pues La Buena Vida está inspirada en Aristóteles, anda menos, y en esa responsabilidad que los ciudadanos habrí­an de asumir para el tratamiento de asuntos públicos, en fin, que la libertad tiene mucho de responsailidad, agencia y autonomí­a… asuntos estos por los que hay que seguir peleando.

El concepto de “la buena vida” al que hago referencia en el tí­tulo de mi proyecto está tomado de La polí­tica de Aristóteles.Se refiere a las responsabilidades del ciudadano dentro del funcionamiento político de la ciudad-estado. En su opinión, los ciudadanos deberí­an ser participantes activos en la construcción de una democracia por medio de tomar parte en actividades sociales que con frecuencia se basan en discusiones entre ellos. Esta clase de interacción social “democrática” es el marco que quise reproducir en La Buena Vida. Para encender estas discusiones, elegí­ la entrevista (actualmente asociada en gran medida y ambiguamente a la democracia) para tratar y combatir su empleo por parte de los medios, los filmes documentales y la sociologí­a, el conjunto de problemas que plantea para la adquisición de conocimientos y, por supuesto, las complejas contradicciones del acto mismo de entrevistar.

Aunque estos puntos crí­ticos son muy importantes, su consideración es productiva para mí­ solamente en la medida en que me proporcionen formas alternativas de implementar un sistema de diálogo que pueda ayudarme a descubrir las opiniones reales de la gente con relación a las preguntas que se les plantean.

Y finaliza reconociendo:

Estuve allí­ demasiado prematuramente. Menciono esto para sugerir de qué forma el proyecto es sólo una instantánea que puede revelar patrones históricos relacionados con los problemas planteados. En ese sentido, su futuro es precisamente el de cualquier archivo.

Su presencia en Internet es muy importante principalmente porque, en potencia,  proporciona acceso a los entrevistados y a otras personas de las ciudades donde trabajé. No quiero sonar ingenuo en cuanto a esto, pero acostumbrado como estoy a las audiencias selectivas de los museos y galerí­as de arte, ¡Internet parece una plataforma inagotable para la distribución! Mi objetivo es distribuir esta dirección url por intermedio de las bibliotecas públicas e instituciones culturales en América Latina y Estados Unidos.

Soy un firme creyente en el poder de las formas alternativas de difundir (contra) información; es una faceta esencial de la democracia. En ese sentido Internet está, ciertamente, a la altura de lo que se espera de ella y está explotando a pleno su potencial para hacerlo. Actualmente tenemos acceso a múltiples narraciones y eso nos permite vivir e imaginar un mundo descentralizado, inclusivo, libre y democrático, aún si se trata solamente de una ilusión virtual.